Mensaje a sus casas 04/21

Querid@s amig@s, querid@s miembros de la congregación la Reconciliación:

un personaje de la historia de la cuaresma, que se encuentra en la historia romana, es ahora punto central de nuestro “Mensaje a la casa” – con sus memorias (ficticias). Además, les invitamos desde ya cordialmente a celebrar actividades la próxima semana, que es el tiempo festivo más importante del calendario cristiano. El link para la tarde de Martin Lutero y la Reforma (Jueves 25 de marzo a las 20:00 horas) se enviará mañana.

Suficiente de adelantos:

  1. Personajes del relato bíblico de la pasión: de las memorias de Pilatos.
  2. ¡Celebremos la Semana Santa!
  3. Al final: una oración, un versículo y una cita.

 

1. Personajes del relato bíblico de la pasión: de las memorias de Pilatos.

Me mandaban para arriba y para abajo en esa época. ¿Qué es lo que quieren de mi? Mi puesto en el extranjero era una gran cosa: yo vivía como un feudal, tenía todas las comodidades y el respeto de las masas me aseguraba la guarnición. Desde hace un tiempo el ánimo estaba bastante más candente. Los religiosos hacían muchos desordenes. Con nosotros, la fuerza de mando del momento, estaban cada vez más disconformes. Pero, ¿qué podía hacer yo? Roma quería recibir sus impuestos y tributos.

En estos días tod@s hablaban de este Jesús. Los sacerdotes querían sacarlo de allí, ellos creían que él les quitaría el poder. A mí me quedaba claro que este proceso que me querían colgar, era motivado por política.

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Esta ocasión de conocerlo a él, no me la podía perder, por lo tanto acepté de preguntarle: “¿Tú eres el rey de los judíos?” Eso era lo que le echaban en cara los sacerdotes: Pero él contestó: “¡Tú lo dices!” Pero, ¿por qué me debía importar tanto? Este hombre no tenía planes de motín, y parecía un tipo bien simpático. Me volvía loco el hecho de que no decía nada más a las acusaciones de los sacerdotes. Como si quisiera aceptar todo esto sin decir palabras!

Yo debería haber interrumpido eso simplemente. Ahora, mirando hacia atrás, me doy cuenta de eso, ya lo sé.

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Era mi consciencia, una voz interior, o quizás mi señora – da lo mismo, de alguna manera me quedó claro que este Jesús era muy especial. El resplandecía virtudes o bondades. Yo debería haberlo soltado, ¡en realidad yo quería eso!

Pero yo tenía grandes dudas, qué sucedería si estos sacerdotes tan influyentes se pusieran en nuestra contra. ¡Ni pensar en los líos que se habrían armado!

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Una última cosa quería intentar yo todavía – acepto que era bastante sin corazón, en medio de la fiesta de Pesaj soltábamos un prisionero. No era gran víctima, pero a la gente le gustaba.

Yo pensaba en aquella época: si este Jesús es tan querido, entonces la gente lo va a querer de vuelta. Que estos guías religiosos ya habían metido sus manos, ni me lo imaginé. “Crucifíquenlo, crucifíquenlo gritaban tod@s.” ¡Qué locura!

Una última señal ante la muchedumbre: me lavé las manos, para que su sangre no se pegara en mí. Esa es cosa vuestra!

En la posteridad pienso que fui muy cobarde.

Yo sabía que era lo correcto: moralmente, humanamente y de empatía.

Pero me decidí por la seguridad de las masas, políticamente incorrecto, sin tacto y sin visión individua o lo principal… que haya paz en la ciudad.

Mi lavado de manos simbólico era en el mayor sentido de la palabra un acto cosmético y político.

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Tiempo hace ya de todo esto. Esto no lo escribo ahora porque este movimiento cristiano haya ganado tanto terreno y yo quisiera la absolución. Esta cosa sencillamente no me suelta. No puedo entender cómo se dejó llevar, sin defenderse ni griterío de ninguna índole. Y nosotros no fuimos conflictivos en esa época. Solo se podía una vez.

Yo ya tenía pesadillas por eso.

 

2. ¡Celebremos la Semana Santa!

Ya es la segunda Semana Santa “digital”. Por motivos de la pandemia no podemos entrar junt@s a la iglesia, ni en Domingo de Ramos y tampoco el Jueves Santo para nuestra tradicional cena pan y vino, o el Viernes Santo a nuestro culto conjunto en la capilla La Esperanza en el Colegio Belén, o buscar los huevitos de pascua para el desayuno de Domingo de Resurrección en el jardín pastoral.

¡Eso es una pena y nos va a hacer falta!

Pero hemos ideado un lindo programa y muchas actividades por Zoom para vernos la cara y compartir experiencias por lo menos.

Domingo de Ramos (28 de marzo): „Culto en la casa“. Esta vez les invitamos a continuación a nuestra procesión tradicional y de recorrer el camino de Jesús hacia la cruz. Para esto nuestr@s confirmand@s planificaron varias estaciones. ¡Vean la sorpresa!

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El jueves Santo (1° de abril): Cena festiva
ponemos la mesa bonita:

  • por ej. un mantel (a gusto), flores (si es posible) Crucifijo o bien un rosario (lo que tengan o prefieran),
  • una biblia, un cancionero, una vela y fósforos y un puesto para cada persona.

Y, como posibles ingredientes para la cena (como lo hemos celebrado en los últimos años en nuestro templo) – recomendamos:

  • uvas,
  • aceitunas,
  • queso y eventualmente salsa verde,
  • pan blanco (hecho en casa),
  • jugo de uvas y/o vino

Y nos conectamos por Zoom a las 20 horas (bilingüe).

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Viernes Santo (2 de abril): a las 15hrs. culto por Zoom a “las 7 palabras de Jesús en la cruz” – en conjunto con las Comunidades de la IELCH en castellano.

Domingo de Resurrección (4 de abril): culto familiar bilingüe a las 11 horas por Zoom. Allí, adecuadamente a Pascua de Resurrección, buscaremos y ojalá… encontraremos, cantaremos canciones lindas y celebraremos tod@s junt@s la Resurrección. ¡Nos alegramos mucho!

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3. Al final: una oración, un versículo y una cita

La oración:

Dios, tú conoces nuestros pensamientos a la distancia.
¡Perdónanos!

A menudo nos decidimos por el camino más seguro.
No tener ningún problema.
Mantener mi paz.
No tener nada que ver con ell@s.
En ese momento perdemos de vista a nuestr@ prójim@.
Lo perdemos de vista y de los sentidos.

Dios, Tú conoces nuestros pensamientos a la distancia.
¡Perdónanos!

A menudo tenemos miedo.
Miedo a consecuencias.
Miedo a l@s extrañ@s.
Miedo a nosotr@s mism@s.

En ese momento negamos nuestra solidaridad.
Nos lavamos las manos en explicaciones de cómo debe ser.

Dios, tú conoces nuestros pensamientos a la distancia.
¡Perdónanos!
Amén.

 

El versículo:

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Pilatos les preguntó:
—¿Y qué voy a hacer con Jesús, el que llaman el Mesías?
Todos contestaron:
—¡Crucifícalo!
Pilatos les dijo:
—Pues ¿qué mal ha hecho?
Pero ellos volvieron a gritar:
—¡Crucifícalo!
Cuando Pilatos vio que no conseguía nada, sino que el alboroto era cada vez mayor, mandó traer agua y se lavó las manos delante de todos, diciendo:
—Yo no soy responsable de la muerte de este hombre; es cosa de ustedes.
(Mateo 27:22-24)

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La cita:

¿Cuál es la verdad? preguntó Pilatos – pero no esperó la respuesta.
(Francis Bacon) 

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